Durante el curso 2017/18, los alumnos de 1º de bachiller hemos estado prestando un servicio de apoyo en la residencia los martes y los jueves.
En la residencia hemos tenido la oportunidad con personas ancianas y hemos tenido la oportunidad de aprender de ellos. De este modo, cada día hemos hecho cosas diferentes y también hemos podido conocer personas diferentes. A lo largo del curso hemos tenido la oportunidad de cantar y pintar unos días, y otros días, con tan solo dialogar con ellos, era suficiente. Entre las actividades manuales que hemos hecho están unos disfraces y decoración navideña.
En la residencia viven personas muy diversas, cada uno con las peculiaridades de su vida, con su personalidad, con sus capacidades y dificultades. Al fin y al cabo, gracias a la ayuda mutua y al trabajo cooperativo hemos logrado terminar todo lo que nos hemos propuesto.
A lo largo de experiencia también hemos tenido la posibilidad de desarrollar ciertos valores, como la empatía o el optimismo. No importa como te lo hayas pasado la tarde que realizabas el servicio, porque estas personas te están esperando y te reciben con mucha alegría e ilusión. Esta alegría te llena de felicidad, y eso te lleva a aprovechar a tope el tiempo de servicio. Además, pasando un tiempo con estas personas, la relación se hace más y más íntima, y puedes llegar a crear una estrecha relación.
Gracias a esto, además de ofrecer ayuda y vivir momentos preciosos, también nos ha ayudado a encaminar nuestro futuro. En la residencia trabajan muchos profesionales, y también hemos podido conocer de modo más real en qué consiste la vida profesional y laboral.
Para terminar, solo queda decir que ha sido una experiencia preciosa, hemos aprendido mucho y además nos hemos encontrado muy a gusto durante todo este curso.